Thursday 6 April 2006

Siesta Break

Mi hermana me preguntó el otro día en qué pensaba cuando fregaba los platos. ¡Qué sé yo! Pero de hecho, mi momento para pensar, mi momento diario en el que me envuelvo de pensamientos, es cuando me ducho. A veces me pregunto en qué pensará el Señor Rajoy cuando se está duchando. No lo entiendo cómo no se da cuenta de las burradas que dice a veces y lo absurdo que resulta. Estamos en pleno lío con todo eso de Miami Vice... quiero decir, de Corrupción en Marbella (la nueva serie de Tele5, parece) y a él no se le ocurre nada más que proponer que se modifique la ley electoral para poder hacer nuevas elecciones para el ayuntamiento marbellí. Explíquemelo, señor Rajoy, ¿por qué cuando modificar una ley o una constitución le va bien (supongo que tendrá intenciones de tener un alcalde popular) lo apoya pero cuando está en contra de lo que usted opina no le parece bien? Explíqueme por qué no ve que es lo mismo, que tanto da, que es igual (es igual es mi frase de la quincena). Osea, los gays se quieren casar y usted erre que erre con no cambiar la constitución, los catalanes quieren lo que sea (porqué es igual, tanto da, si lo piden los catalanes no mola –los valencianos sí que molan) que no, y cien veces no, no se toca ni una coma. Pero algo tan, aparentemente, absurdo como una alcaldía... y usted dale que te pego con cambiar la ley para hacerla a su gusto. ¡Ancha es Castilla!
Por el amor de Dios, no se da cuenta que se contradice (caso ETA para las hemerotecas –se ha de motivar su uso).

Yo es que flipo a veces cuando veo las noticias. Hoy el parlamento se ha levantado antes. Algunos a favor, otros en contra y otros ni fu ni fa (a mí me parece bien, pero yo no soy parlamentario). El caso es que uno de los diputados por ERC (si no me equivoco se llama Joan Tardà) no ha tenido nada más inteligente que quejarse de que el hecho que el parlamento hubiese empezado más pronto fuera noticia alegando que las fábricas abren las puertas a las 6 de la mañana. Sí, lo sabemos. Además hay muchas otras personas que trabajan a esas horas y que trabajan por la noche y que trabajan diez horas seguidas. Todo eso lo sabemos, pero sigue siendo noticia que el parlamento empieze más pronto (por ser la primera vez, claro está). Si no le gusta, váyase a la Micronesia donde no le vendrán los reporteros (que también se han levantado más pronto para trabajar) a molestarle.
De verdad que no aguanto las tonterías. Lo que debería haber dicho, ya que van de progres y de izquierdas, es que así, quando arrivo a casa (después del Nescafé Capuccino) puedo hacer (nótese que he dich hacer y no ayudar en) las faenas del hogar mientras mi esposa descansa o juega con los niños, luego ayudo a mis hijos a hacer los deberes, preparo la cena, se la doy, los baño, los acuesto contándoles un cuento y luego tengo toda la noche para cuidar de mi señora tras un provechoso y largo día de trabajo. No tengo ni idea de si el señor Tardà está casado, si tiene hijos, si su mujer trabaja, si la cuida, si se quieren. Me da igual pero, después de comer, no me gusta oír tonterías. Estamos luchando por una España más moderna (digueu-li Catalunya si voleu), más europea. Estamos intentando que los varones dediquen más de un cuarto de hora semanal a las tareas del hogar y a cuidar a la familia. Estamos intentando equiparar los derechos de la gente. Pues ¿por qué no son el ejemplo?
Los políticos trabajan para nosotros, para hacer una sociedad mejor. No entiendo cómo aún no se han dado cuenta de que es una brutal pérdida de tiempo el andar diciendo tonterías, los insultos, las paridas. Cada vez que un político dice una burrada de esas por la tele (Señor Rajoy... lo siento mucho, usted se lleva la palma. Aunque Cadod-Dovida también tiene tela) están malgastando dinero de los contribuyentes: esto es en cinta de vídeo (bites, mismamente), electricidad, papel, tiempo y, sobretodo, paciencia.
Yo soy una persona de "a pie" (siempre me ha gustado esta expresión: no tengo coche, esto es) y no cuento. No salgo por la tele, ya no escribo artículos en ninguna revista, eventualmente participo en libros... pero vamos, no me tiran claveles por la calle. El caso es que, aunque yo tenga este afán egocentrista al escribir mis pensamientos en éste blog, nadie va a venir y publicar en El País lo que yo he dicho. Titulares: ¡Habibi dice que chimpum!
No estoy despreciando lo que yo digo (namás faltaría) ni a los pocos que me leen (gracie mile) pero entiendo que no se puede comparar lo que yo diga con lo que diga Zapatero, el Rey o Madonna. (¡Si me oyera mi hermana!)
Desde aquí hago un llamamiento a todos los y las políticos de, sorbretodo, España, pero también del mundo entero: Acercáos y oíd: Habibi dice: no digáis tonterías, por el amor de Ford. Aprovechad el tiempo y pensar lo que decís tres veces antes de decirlo.
Y esto también va por mi querido Carod-Rovira: encara que l'Estatut no sigui el 100% del que volies, el 80% (o el que sigui) també està prou bé. Perdonen que haya hablado en catalán pero no sea que se pase por aquí (no sé como hubiera llegado; quizás si pones en Google "la vida de Caracol-Rovira".) y no me entienda. Por una vez en la vida que tengo el honor de decirle algo.

Y hasta aquí mi crónica de hoy: Como ver las noticias y no morir en el intento.

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