Wednesday 11 January 2006

¿Portadoras de paz?

Ayer tuve que rellenar un cuestionario y una de las preguntas decía algo así como qué haría si me caigo con una piel de plátano. Una de las respuestas posibles era decir que deberían multar o algo así a quién la hubiera tirado. No elegí ésta respuesta.
Desde aquí hago un llamamiento a los señores que mandan en éste país para que implanten una ley para multar, esta vez no a los que tiran porquería al suelo, sino a los que den de comer a las palomas.
Mi integridad física se ha visto amenazada ésta misma mañana cuando estaba tan tranquilo sentado en un banco de una plaza (a la que precisamente a pesar de tener un nombre y que de siempre se la denomina respecto a un edificio colindante, precisamente, se la ha empezado a llamar últimamente como "la plaza de las palomas"). Me parece perfecto que la gente saque a pasear a sus hijos en las mañanas de sol, también me parece fabuloso que a los niños mismos les gusten las palomas, y que se muevan y vuelen y esas cosas. Pero me parece desagradable que, encima, les echen migas de pan que pueden guardar para hacer carne empanada. Pero lo peor de lo peor no es que le den de comer a esas ratas voladoras, sino que encima no tengan consideración y lo hagan cerca de la gente que tan tranquila disfruta de la luz del sol y de una mandarina.
Encuentro maravilloso que a la gente le apetezca que sus hijos sean infectados con las enfermedades que esas ratas apestosas con alas van llevando de un lado a otro pero, cuando yo quiera estar unos meses en el hospital a punto de morir, ya me las apañaré. De momento no, gracias.
Y encima, yo que no me callo, le digo a la madre –no muy amablemente, todo sea dicho– que hagan el favor de irse más para "allá" y ni caso, tú.
OK, las palomas son animales y tienen derecho a la vida. Si es que yo nada en contra de las palomas –de las que viven en la mitad del campo y están tan sanas como cualquier gato de vecino. ¡Pero sí con esos bichejos de ciudad! Ahora, encima, dejamos de tirar arroz en las bodas, una tradición de toda la vida –absurda y hortera, por otro lado– sólo porqué a las pobrecitas se les hincha el arroz en el estómago y mueren. Pues poco me importa. Si a caso dejo de tirar arroz por el pobre barrendero que la tiene que recoger, que es persona y, como buen funcionario, debe ir a sus revisiones médicas cuando le toca.
Así pues, muy señores míos, ministros y presidentes, alcaldes y jueces, hagan el favor de dictaminar y encarcelar a todos aquellos que le tiren una sola miga de pan a las palomas dichosa. ¿Que con qué cargos? ¡Propagación infecciosa voluntaria! (¿Existe algo así?)
En mis oídos: "I Miss You (Dobie Rub Part One - Sunshine Mix)" : Björk : Telegram

1 comment:

coque said...

menudo alegato! a mi tampoco me gustan las palomas, todos los pájaros me dan un poco de asco