Sunday 26 November 2006

Escúchame

Para mí siempre ha sido muy importante el lenguaje, y a veces me pregunto como es que el resto del mundo parece pasar de largo sin preocuparse si las cosas están bien.
Aunque parezca mentira, lo que quiero hablar esta vez es sobre la violencia de género. De género femenino, esto es. Y no es que quiera negar la existencia del maltrato del hombre en la pareja, porqué haberlos haylos, pero son tan pocos, que como las llamadas "enfermedades raras", casi ni merecen la pena la mención.
El otro día hubo un acto en contra de la violencia doméstica en mi pueblo. Yo me enteré cuando se había acabado. En el caso de haberlo sabido, y de no haber estado trabajando a la hora, me hubiera gustado asistir, aunque fuera para hacer bulto, para que se viera que hay mucha gente que está en contra.
El caso es que quién me lo dijo fue una miembro del grupo de mujeres de mi pueblo, a quienes no se les había informado del acto.
El caso es que tengo que hacer una denuncia. No voy a denunciar a un maltratador, pero sí a un encubridor. Este personaje no es sólo una persona sino muchas. Muchas personas que se dedican a promover la lucha contra la violencia de género. Parece contradictorio, ¿verdad? Pues es que últimamente me estoy dando cuenta de que hay muchos anuncios, etc., sobre este tema y no paro de ver como nos estamos equivocando. No hemos de aprendernos el teléfono para denunciar que nos están maltratando, tenemos que evitar que esto ocurra. "Sí, claro, fácil decirlo" pensaréis. Pero es que no podemos andar por la vida poniendo soluciones a los errores cuando podemos evitar que haya un error. Por eso nuestros profesores, toda la vida, nos han dicho que hagamos esquemas de las redacciones y trabajos que vamos a hacer, para no encontrarnos que no hay coherencia, que tengo que volver a empezar porque me he dejado algo. Ahora, con las computadoras, todo es más fácil, pero la vida real no es como un juego de los Sims, no hay vuelta atrás.
La verdad es que no sé como el gobierno (esto no es una crítica, porque el gobierno anterior lo hizo igual o peor) está atacando este tema. Pero yo creo que todo esto se debería tratar desde pequeños, desde la más tierna infancia. Desde, justo desde, el trato con los profesores. Tanto esto como muchas otras cosas. El respeto debería ser enseñado desde pequeño.
No, no le voy a echar la culpa a los profes, porque no la tienen, para nada. Quienes tienen la culpa son los padres, que lo permiten. Deberíamos todos volver al cole a que nos enseñaran a respetar, porque no lo estamos haciendo bien. No podemos ir felices pensando que todo se arregla con poner una Help Line. No, no señor. Todo se arregla con evitarlo.
Algo parecido me contaron sobre los cinturones de seguridad en Inglaterra. Creo que ya he hablado de esto en algún momento (indeed).

No lo entiendo, no. No comprendo como la gente puede vivir tranquila sabiendo que su hijo o hija, cuando crezca, robará, pegará, matará... ¿Cómo lo permitís? Yo no tengo hijos y siempre digo que educaré mejor de lo que me han educado a mí (aún gracias) y a mis crueles compañeros de clase. Pero me equivoco, porque seguro que acabaré cometiendo los mismos errores. Es una pena que los humanos seamos tan estúpidos. Human behaviour.

Una vez en mi vida tuve que llamar a la poli porque mi vecino estaba maltratando a su novia. Era en London y los "bobbies" llegaron en un santiamén, en tres cuatro y un furgón. A él se lo llevaron. Lo metieron en un centro y volvió al cabo de un mes como una persona nueva, que me pidió perdón y todo. Ella volvió con él. Como tantas. Pero "eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión".

En mi mente: las utopías
En mis oídos: Tracy Chapman - Behind the Wall

1 comment:

coque said...

este es un tema delicado pero que debe ser tratado frontalmente. en mi opinión la mejor forma de erradircarlo está en la educación, pero esta educación no sólo recae en las escuelas y en las maestras, sino también en las casas y en la sociedad en su conjunto.

respecto al caso de tus vecinos, por desgracia, hay gente que no quiere que la ayuden.