Wednesday 17 May 2006

La curiosidad mató al gato

La pasada Noche Buena la celebramos, en mi casa, sólo los "jóvenes". (Nótese las comillas, la juventud es un término algo complejo.) El caso es que en un momento dado estuvimos hablando de qué es lo que considerábamos sexy en una persona. El término "sexy" es una palabra inglesa, como bien sabéis. Su significado original es sexual, erótico, pero lo usamos como atractivo. Mi cuñada y yo estuvimos de acuerdo en que lo que nos atraía de una persona era la curiosidad. Sí, yo siempre he dicho que la curiosidad en una persona es algo que me gusta. Hasta el otro día. Nunca más lo volveré a decir. O por lo menos hablando en castellano.
Estaba hablando con mi compañera de trabajo el otro día (había mantenido una conversa personal por teléfono) y, como había visto que me estaba escuchando (como si pudiera ver lo que alguien escucha), le dije que era una chafardera. Tenemos suficiente confianza, así que era todo en plan broma. Ella me respondió diciendo que sólo sentía curiosidad. Ahí entro mi "antigua-curiosidad": Le di al desplegable de la barra de búsqueda de Firefox (qué gran descubrimiento), lo puse en DRAE, y busqué la palabra "curiosidad". Como veréis por el enlace, la curiosidad es el deseo de saber algo que a uno no le concierne. Vaya, ¡qué faena! Toda la vida diciendo que me gustaba la gente curiosa, que me consideraba curioso, y lo que estaba diciendo era que somos todos unos chismosos.
Pero bueno, con mi frustrado espíritu documentalista, me metí en el DIEC y también un diccionario inglés y me di cuenta que, tanto en catalán como en inglés, tienen, además, la acepción que a mí me gusta: deseo de saber o aprender.

Algún día sabré mucho sobre Lengua española (de momento sólo voy por el primer curso de Filología Hispánica), así que ahora aún me paso las horas asegurándome de lo que digo. Me gusta cerciorarme de que lo digo bien.
Muchas palabras han cambiado de significado con el paso del tiempo. E incluso las hay que tienen significados bastante diferentes en lenguas hermanas. Por ejemplo, en latín clásico, necare, significa 'matar'; en francés, noyer, significa 'ahogar’; y en español, nos ha llegado la palabra anegar. (Acabo de descubrir que en catalán negar, a parte del significado de la homógrafa en castellano, también significa ahogar; pero es que también está enaiguar, que significa enaguar, i.e. anegar.)

A veces decimos palabras y no sabemos su significado; a veces usamos su significado de manera incorrecta; y a veces, simplemente, somos partícipes de la evolución de esa palabra. Prefiero esta última posibilidad.

Los ingleses se vanaglorian de no tener diccionario como los españoles, los franceses o los catalanes. Bueno, diccionarios sí que tienen, pero son elementos del mercado. Se venden anunciando cuantas entradas tienen. Sí, aquí también sucede, pero siempre acabamos confiando en la RAE. Está bien el sistema de los angloparlantes: así las palabras entran en el diccionario más rápidamente (tras estudios sobre su uso –eso significa que si trabajamos en un diario y decidimos que le vamos a cambiar el significado a una palabra y nos ponemos todos a usarla con esa nueva acepción, al cabo de poco quizá aparece en los diccionarios), y también se pierden las acepciones con mayor rapidez. Pero también va bien, sobretodo a los que son como yo que siempre intentamos saber "lo correcto", tener un diccionario que nos diga si sí o si no.

De momento, seguiremos estudiando y buscando página tras página el significado de las cosas, y su origen, claro está. Así que ya sabéis, para mi cumpleaños me podéis regalar el diccionario etimológico español.

[Imagen de abajo (la del diccionario) originalmente sacada de aquí.]

2 comments:

coque said...

/modo bibliotecario referencista ON

tienes el diccionario de la RAE que es el diccionario ofical y también tienes el María Moliner, un diccionario de uso mucho más flexible y cercano a la realidad del hablante

/modo bibliotecario referencista OFF

en cuanto a la reflexión sobre el idioma yo también soy de los que digo que somos entre todos quienes al final hacemos el idioma, como las costumbres o las propias normas de educación (hace unos años aplaudir ante la entrada de un ataúd en una iglesia era terrible, hoy en día es una muestra de respeto y admiración.
también hay que tener en cuenta que todo depende del contexto.

Anonymous said...

¡Hola! El próximo martes hago la selectividad, pero si apruebo me gustaría hacer Filología Hispánica y como he leído que la estás haciendo, me gustaría que me comentaras que tal está. Me encanta la literatura y la lengua. Bueno algo más la literatura. En un principio estuve pensando hacer periodismo pero viendo que salen sin aprender nada, y a mí me gustaría llegar a tener una base sólida para poder escribir bien, opté por filología.
Mándame un e-mail si puedes a grangerlp2003@hotmail.com contestándome, porque no sé si volveré a encontrar el blog.